El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que aparece en los primeros años de la vida, afectando a todo el ciclo vital y caracterizándose por presentar dificultades específicas en las relaciones sociales, en la comunicación y en el comportamiento.
- A nivel social, pueden manifestar, según los casos, aislamiento o indiferencia, pasividad o iniciativas inadaptadas o inadecuadas en la relación social. Muestran dificultades para una imitación significativa y para jugar con los demás. Asimismo, manifiestan un marcado déficit para comprender y compartir las emociones de las otras personas.
- A nivel comunicativo, más del 50% de la población no habla ni lo compensa con la mirada, expresiones faciales o gestos, y los que hablan, pueden tender a repetir palabras o frases o a no tener en cuenta al interlocutor.
- A nivel cognitivo, presentan dificultades de imaginación y juego simbólico y tienden a repetir movimientos físicos, conductas rituales o temas de conversación una y otra vez. Frecuentemente además, pueden tener problemas para tolerar los cambios en su ambiente y tender a la rutina. Añadidas a estas dificultades, en un gran número de casos (75-80% aprox.) al cuadro de autismo se asocia un nivel variable de discapacidad intelectual, lo cual provoca que estas personas puedan presentar necesidades de apoyo generalizadas. Actualmente, el autismo se asocia a una disfunción en la maduración del sistema nervioso central. Este trastorno lo presentan un número aproximado de 1-2 personas de cada 750; si bien investigaciones recientes situan la cifra en 1 por cada 250 personas.